El inicio del caos
El Covid-19 y todas las medidas que se han tomado en Costa Rica y a nivel mundial para amortiguarlo. Y el impacto que causó en todos, cuando la OMS dijo PANDEMIA MUNDIAL y aquí todos decíamos ¡Ay Dios mío! ¿Te acuerdas que estabas haciendo cuando te llegó la noticia?. La incertidumbre, la ansiedad y la ignorancia hace que el miedo nos invada y no logremos ver objetivamente y con claridad las diferentes situaciones que todos empezamos a vivir a raíz de la pandemia.
Hoy en día en Costa Rica y en cualquier otro país, el trabajo no solo es una bendición como mucho lo vemos, sino una necesidad fundamental para sobrevivir y a raíz de la pandemia es un privilegio conservarlo, probablemente seamos uno más de la cifra de desempleados, o quizás en algún momento has estado suspendido o tuviste un ajuste de horario y por ende una reducción en tu salario, lo que sí estoy segura es que a todos nos ha afectado grandemente el Covid-19, a unos más que a otros, pero hay que aceptar que vivimos algo trascendental y que es mundial, que día a día estamos aprendiendo y experimentando cómo adaptarnos a una realidad de pandemia.
Metas frustradas
Muchos como yo tenían de objetivo continuar los estudios, metas por concluir o prioridades que mantener y a veces todas esas ideas o sueños los vamos dejando a un lado, porque no es el momento por una u otras circunstancias se van postergando.
Situaciones como el desempleo hacen que todas las posibilidades que teníamos o que queríamos simplemente las dejemos en pausa, probablemente muchos dijeron este es mi año y hare esto, y terminaré aquello que deje a medias o porque no, iniciar ese proyecto que queríamos hacer y por alguna razón nunca lo iniciamos y vino la pandemia y de un momento a otro todo eso se vino abajo, porque te hablan de cuarentena, restricciones vehiculares, zonas amarillas, zonas naranjas, y empiezas a ver que todo “tu estilo de vida dio un giro de 360 grados”, haces una pausa y tomas conciencia que todo aquello que querías hacer le tienes que decir stop.
Entonces empiezas a cuestionarte ¿por qué no lo hice aquella vez que pude? y te viene la incertidumbre de cuándo volverá a ser posible volver a la normalidad.
Mi incertidumbre
Recuerdo, cuando estaba sentada desde mi silla en la oficina del que era entonces mi trabajo y mi jefa en ese momento se me acercó con una angustia en su cara, me pregunto ¿qué vamos hacer? yo siempre trataba de ser objetiva y buscar soluciones aunque el pánico y el miedo muchas veces me acompañaban, siempre buscaba el lado positivo, en ese momento con un nudo en la garganta, porque sabía que venía lo peor, siempre le decía vamos a salir adelante pese que sabía que cualquier paso en falso podía llevar al cierre total de sus puertas.
Con ayuda de ella buscamos estrategias para ver qué podíamos hacer ante el impacto que empezábamos a ver en los clientes, pero simplemente un dia se dice que estamos en pandemia y tenemos que hacer teletrabajo, pero no todos los trabajos se pueden hacer desde la casa, el mío era indispensable estar en la oficina y llegó la orden del Ministerio de Salud que dice que tenemos que cerrar hasta nuevo aviso.
Y a lo que tenía miedo poco a poco se fue presentando, primero se tomó la decisión más triste, el despido de dos compañeras, la incertidumbre y con el corazón en la mano, me decía a mi misma: “hoy son ellas, mañana seré yo”, los demás nos fuimos a vacaciones obligadas, cuando eso pasó estábamos muy tristes porque no eran unas vacaciones las cuales eran para descansar, disfrutar en familia, pasear o simplemente quedarnos en casa o hacer diligencias que normalmente por el trabajo no podemos.
Eran días que escuchábamos gente hablando con pánico, en las noticias el primer fallecimiento por Covid-19 en Costa Rica, periodistas amarillistas haciendo de las suyas, el desempleo creciendo día a día y yo me decía ¿después de estos días que va pasar? las empresas sobreviven con clientes, y con cierres indefinidos se verían afectadas, incluso con posibilidades de cierres definitivos y con ellos todos los colaboradores como nosotros.
Pasaron los 12 días de vacaciones, luego vino la ley donde se aprobó la reducción de jornada laboral o suspensión salarial mientras la empresa esté cerrada, fueron 12 días de vacaciones obligadas y un mes de suspensión laboral, días antes de la reapertura yo sabía que ya no iba a volver, que la planilla se iba a reducir a sólo dos, y así fue.
Situaciones que transforman
Y llego el dia que me llamaron, mi despido era un hecho y de otro compañero, todas las despedidas son algo extrañas para ser sincera no he tenido muchas experiencias pero ambas para mi persona han sido incómodas, son como un choque emocional, porque le tomas cariño a esa segunda casa que te albergo todo el tiempo que estuviste, pero también hay que aceptar que tu tiempo ya caduco y tienes que continuar.
Muchos de nosotros en diferentes situaciones hemos surgido de múltiples maneras, somos como una metamorfosis. Quizás esta pandemia nos está dando una lección a todos, cuantos de nosotros antes no dependiamos de una computadora y del internet, hoy en día es fundamental para poder estudiar en línea, hacer teletrabajo y hasta para pagar los servicios hay que hacerlo en línea, cuántos de nosotros decíamos “es que yo no soy muy tecnológico” y hoy por hoy de fijo ya todos somos unos expertos, esto ya es parte de nosotros, de nuestra rutina y esta transformación fue positiva.
No me gustan las despedidas, y en esta ocasión me he tenido que despedir más de una vez, porque mi ciclo con esa empresa aún sigue activo, no se ha logrado cerrar. ¿Se preguntarán por qué? No todo es bueno, ocurrieron y siguen pasando situaciones pero creo que eso es tema de otro post que les contaré lueguito.
La frase de hoy es:
Sea un hombre o sea más que un hombre. Sea firme con su propósito y firme como una piedra.